Por debajo de la puerta se desliza un papel. Lo levanto junto a las facturas a pagar y veo que es una nota manuscrita. El mensaje es ilegible, sólo logro reconocer el nombre Nelly.
Al comenzar la pandemia y con ella la cuarentena obligatoria, una vecina muy mayor, viuda, me deja pedidos de ayuda. Está sola y sorda. Los días corren, o más bien caminan insoportables, mientras guardo sus notas como un archivo inexplicable. 

Publicado en 2024 por Bulbo Editorial.